LA ENCARNACIÓN DE JESÚS COMO UN PRINCIPIO MISIONERO

 

EL PRINCIPIO CLAVE: LA ENCARNACION

Cuando Dios quiso comunicarse con nosotros, no usó parlantes, ni nos asustó con una voz del cielo. Se encarnó. Se hizo hombre; dejó su gloria, su título y sus riquezas y tomó carne de hombre e identificó con nosotros los pecadores. Primero se sometió a sus padres y aprendió de ellos y de los maestros de la ley. Todos quedaban maravillados de lo bien que aprendía y a todos les cayó bien (Lucas 2:46-51).

Siguiendo el ejemplo de Cristo entramos a un nuevo lugar como niños. Humildemente aprendemos el idioma y la manera de vivir. La gente se contenta cuando aprendemos bien su idioma y cultura, sin resentirnos a sus correcciones. De esto depende nuestro eficaz testimonio de Cristo. Él tomó 30 años para preparar esta base en Galilea. No se aprende bien un nuevo idioma sólo leyendo libros. Se ha visto que uno habla más ligero y pronuncia mejor el idioma cuando también conversa bastante con la gente, y no solamente estudia con un maestro en una clase. Cada vez que fallamos, debemos reír y felicitarnos porque así aprende-más de la gente y demostramos el amor de Cristo. Aprendamos BIEN el idioma; así agradamos a nuestro Señor.

Es primordial adaptarnos a la cultura. Toda cultura es distinta. La nuestra no es la mejor, sino es distinta. En algunas culturas las mujeres no hablan con ningún hombre fuera de la familia. En otras culturas las mujeres andan descubiertas hasta la cintura. En Libia los hombres pueden casarse con hasta cuatro mujeres. En otros lugares la esposa es escogida por los padres sin consultar con los novios.

En la India es mala educación negarle o contradecirle a un huésped. Si Ud. les pregunta,

¿Quiere recibir a Cristo?

Le dirán que sí para no ofenderle. Para ellos no es mentira sino la buena educación.

En ciertas tribus no existe propiedad privada. Llevar lo ajeno no es robo. Se comparte todo.

En cuanto a tales costumbres de una cultura, dejemos que el Espíritu Santo muestre a los que se convierten lo que es pecado para ellos y lo que no es. El Espíritu Santo les convencer de lo que es el pecado, la rectitud y el juicio de Dios (Juan 16:8).

No intentemos juzgar otra cultura sino hablar netamente de la muerte y resurrección de Cristo

 

EL EVANGELIO COMO BUENAS NUEVAS

El evangelio es buenas nuevas para la gente y no una crítica de su cultura. Hablamos de Dios usando ejemplos tomados de la vida y cultura de ellos. Contamos historias bíblicas con ánimo y aplicación a sus vidas. Cristo usó las costumbres de la gente para explicar acerca de Dios. Hablaba del Buen Pastor porque la gente sabía cuidar ovejas. Hablaba de sembrar y cosechar porque eran agricultores. Pablo ilustró su doctrina con las costumbres de la gente (Hechos 17:22-23); no criticó a los atenienses; empezó con lo que ya sabían y habló de Jesús.

En Indonesia, cuando las tribus se hacían guerra, podrían reconciliarse por medio de un "hijo de paz".  Para asegurar la paz regalaran al hijo mayor del cacique al jefe de la otra tribu para ser criado como su propio hijo. Durante su vida había paz entre las dos tribus. Los primeros misioneros pasaron un año aprendiendo el idioma.

Comenzaron a evangelizar pero sin respuesta. Luego descubrieron la costumbre del Hijo de Paz. Sabiamente explicaron que Cristo es el Hijo de Paz, enviado por Dios para traer la paz entre El y nosotros. Resucitado, Cristo vive para siempre para hacernos la paz con Dios. Con esta explicación, se empezó la conversión de toda la tribu a Cristo. Comprendieron el evangelio por medio de un ejemplo de su propia cultura, cómo tener paz con Dios. Recibieron las Buenas Nuevas después de verlo relacionado con su propia cultura.

Debemos descubrir lo que la gente ya sabe de Dios y aprovecharlo para enseñarle. Por ejemplo, los musulmanes creen en un solo Dios y que Cristo fue profeta y que volverá a la tierra a reinar. Creen necesario un sacrificio para el perdón de pecado y celebran un día para matar un animal. Se puede relacionar el sacrificio de Cristo a esta enseñanza cultural.  

 

COMO RELACIONARNOS A LA GENTE INCONVERSA

La única manera de discipular a otros es con amor. Amamos como familia a la gente de otro lugar que queremos ganar y discipular. Sólo el Espíritu Santo nos da esta clase de amor.

Los patitos criados por una gallina la seguirán como a su propia madre. Si su madre natural no está, los animales recién nacidos se apegarán a otro animal o persona. Algo semejante pasa cuando nosotros entramos en otra cultura. Nos pegamos a las primeras personas que se nos relacionen. Llegan a ser nuestra nueva familia y su cultura llega a ser la nuestra.

Pablo siguió el principio de la Encarnación. Se hacía igual a la gente para poder ganarla. Reconocemos con humildad que somos ignorantes de la cultura. No sabemos nada. Somos niños sin entendimiento. Luego debemos observar todo. Las siguientes preguntas le ayudarán a observar mejor una cultura:

1.       ¿Cómo celebran los días feriados y ocasiones especiales?

2.       ¿Cuando alguien está dando instrucciones o enseñanzas, queda parado o se sienta?

¿Se sienta en el piso?

3.       ¿Quiénes son las personas más respetadas en la comunidad? ¿Quiénes no son respetadas?

4.       ¿Dónde se congregan para platicar o hacer negocios? ¿Llegan solamente los varones?

5.       ¿Hay divisiones sociales en la comunidad?  ¿Vive gente de distintas costumbres en cierta parte del barrio?

Estos pasos nos ayudan a relacionarnos con la gente de otro lugar:

1.       Convivir desde el primer día con ellos y no con nuestros propios paisanos.

2.       Buscar una familia de aquel lugar donde se puede quedar los primeros meses.

3.       Mientras aprendamos el idioma, saludar a unas 50 personas en su propio idioma el primer día y seguir hablándoles todos los días en su idioma, aunque sea con pocas frases.

4.       Ser siervos. Los discípulos sanaban a la gente. Debemos ayudar en los trabajos, orar por los enfermos y contar historias interesantes de la Biblia y de nuestras vidas.

5.                 Formar buenas amistades desde el comienzo.

 

SEAMOS COMO NIÑOS AL APRENDER OTRA CULTURA

Cristo vino a nosotros como un niño, totalmente dependiente de otras personas. Cuando la gente ya conozca a Cristo, el Espíritu Santo les hará saber lo que deben hacer. Confiemos en Él.

Preguntas que nos ayudan a identificarnos con otra cultura:

¿Cuáles costumbres tiene la gente del lugar que son muy diferentes a las de nosotros? ____________________________________________________________________________

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¿Cuáles costumbres le parecen incorrectas para Ud. pero no para la gente de aquel lugar? ____________________________________________________________________________

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Nuestra lucha no es contra la cultura sino contra las malignas fuerzas espirituales (Efe. 6:11-18).  

Al comenzar con nuevos creyentes, sólo debemos enseñar los 7 mandamientos de Cristo:

1. Arrepentirse y creer en Él

2. Bautizarse

3. Amar

4. Tomar la Santa Cena

5. Orar

6. Dar

7. Discipular y evangelizar

Si ellos obedecen estos mandamientos en otra forma que nosotros, les damos libertad. Por ejemplo, los musulmanes postrados con los ojos abiertos y a veces con las manos alzadas. Oran cinco veces al día y con oraciones memorizadas así como nosotros memorizamos los coritos. No es necesario enseñarles a orar de otra forma. También debemos usar mucho canto y poesía así como los usan ellos mismos. La nueva iglesia debe proveer un ambiente natural para ellos.

"Tengan ustedes la misma manera de pensar que tuvo Cristo Jesús, el cual: Aunque era de naturaleza divina, no insistió en ser igual a Dios, sino que hizo a un lado lo que le era propio, y tomando naturaleza de siervo nació como hombre.  Fil. 2:5-7

Así mismos nosotros seguimos el ejemplo de la Encarnación de Cristo. Tenemos que vivir entre la gente que queremos discipular. Andamos, trabajamos y sufrimos con ella.

Explique con sus propias palabras, de qué modo debemos imitar a Cristo, en nuestra manera de penetrar una nueva cultura con el evangelio:

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¿Qué hacemos para hacernos igual a la gente, para ganarla para Cristo?  En I Cor. 9:19-22 Pablo dice:

“Cuando estoy entre los judíos me vuelvo como judío, para ganarlos a ellos... Por otra parte, para ganar a los que no son judíos me vuelvo como uno de ellos... Cuando estoy con los que son débiles en la fe me vuelvo débil como uno de ellos, para ganarlos también. Es decir, me he hecho igual a todos, para de alguna manera poder salvar a algunos.”

Confiando en la ayuda del Espíritu Santo, tengamos cuidado de comunicar solamente el mensaje de Cristo. En I Cor. 2:1-5 Pablo dice que evangelizó a los Corintios no con palabras sabias sino que hablaba únicamente de la muerte y resurrección de Cristo. No se metió en discusiones teológicas. No les reprochó por sus costumbres. Es difícil aceptar las maneras de otros. Dios tuvo que decirle a Pedro tres veces en una visión, que comiera lo que para él era inmundo. Así al fin Pedro pudo aceptar como hermano en Cristo al de otra cultura. Cornelio no era judío y comía y hacía cosas que para Pedro eran inmundas (Hechos 10). En toda cultura encontraremos cosas que nos parecen incorrectas. En Arabia Saudita no comen carne de cerdo. En la India no comen carne de res. En Italia los hermanos evangélicos todos toman vino con la comida. En Israel el baile es un recreo familiar. En Irán las mujeres cubren la cara con vela y no hablan con los hombres. Si vamos primero criticando estas cosas, no van a escuchar el evangelio.

Casi siempre el evangelio pasa en forma natural de amigo a amigo y de familiar a familiar. Siempre cuando se han convertido grandes números de personas en una cultura, han sido de un solo grupo social, entre quienes es fácil hablar de cosas espirituales. Aproveche Ud. de esta característica humana. Evangelice a un solo grupo social. Busque a un grupo de amigos o familiares. Espere hasta que se puedan convertir y bautizarse juntos. No los obligue a reunirse con gente de otro grupo, para adorar a Dios.

Con el tiempo, el Espíritu Santo les dará amor para otros grupos culturales así como Dios ha puesto en su corazón amor para esta gente de otra cultura. Pero esto será mucho tiempo después de la conversión. Al principio deje que se conviertan y se reúnan los de un solo grupo social. 

 

T A R E A

Si Ud. va a otro lugar, o aconseja a los que van a evangelizar a la gente de otro lugar, enseñe a su equipo misionero a:

1.       Seguir el ejemplo de la Encarnación de Jesús.

2.       Convivir con ellos con amor y paciencia.

3.       Aprender bien el idioma y las costumbres.

4.       Anunciar el evangelio como buenas nuevas y no como crítica de la cultura.

¿Cuáles ejemplos del evangelio ya existen en la cultura adonde van, que Ud. puede aprovechar (tal como el "hijo de paz")? ____________________________________________

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Anote sus planes para imitar a Jesús en su encarnación, para penetrar una nueva cultura.